Tener problemas digestivos ocasionales es un problema común para la mayoría de las personas. Las razones y causas detrás de estos problemas pueden variar de persona a persona, pero los síntomas que surgen de esto son incómodos y es mejor evitarlos cuando sea posible.
Apoyar su sistema digestivo no es una tarea tan desalentadora como podría parecer. Al hacer algunos cambios pequeños pero conscientes en su estilo de vida y dieta, desde beber más agua y usar filtros de agua de cerámica hasta mover su cuerpo de una manera saludable y divertida, comenzará a notar cambios positivos y sostenibles en su cuerpo.
Coma alimentos reales
Una dieta occidental típica, alta en carbohidratos refinados, grasas saturadas y varios aditivos alimentarios, se ha relacionado con un aumento de los trastornos digestivos, como inflamación intestinal, enfermedad inflamatoria intestinal y problemas digestivos generales.
Los estudios han demostrado que reemplazar los alimentos procesados y los edulcorantes artificiales con alimentos ricos en nutrientes, azúcar natural y grasas saludables protege directamente contra las enfermedades digestivas. Además, se sabe que la dieta mediterránea ayuda a controlar problemas como el SII, enfatizando y promoviendo grasas saludables, granos integrales y muchas verduras.
Ejercicio
El ejercicio regular es una de las mejores maneras de mejorar y apoyar la digestión. El ejercicio y la gravedad ayudan a mover la comida a lo largo de su sistema. Por lo tanto, al incorporar una caminata después de una comida, o cualquier forma de movimiento suave que prefiera, está ayudando a su cuerpo a mover la comida más rápido a través de su tracto digestivo.
Los estudios han demostrado que las personas que sufren de estreñimiento crónico experimentaron una mejora significativa de los síntomas una vez que incluyeron solo 30 minutos de ejercicio al día. Además, una caminata lenta por su vecindario puede aliviar la hinchazón y reducir cualquier sensación de saciedad o incomodidad.
Incorpora más fibra
Es de conocimiento relativamente común que la fibra es esencial para cualquier dieta. Tiene una larga lista de beneficios asociados, desde reducir el colesterol hasta reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Además, puede mejorar significativamente la salud intestinal al regular las deposiciones.
De acuerdo con las Pautas dietéticas para estadounidenses, el adulto promedio debe consumir 30 g de fibra por día. La fibra soluble, que se encuentra en la avena, las legumbres, las nueces y las semillas, absorbe agua y agrega volumen a las deposiciones. Además, la fibra insoluble de las verduras, los cereales integrales y el salvado de trigo mantienen limpio el tracto digestivo y hacen que las cosas avancen.
Mantenga un diario de alimentos
La mayoría de las veces, los problemas de digestión son causados por alimentos desencadenantes. Estos pueden diferir de persona a persona, pero a menudo es complicado rastrear cuáles son estos alimentos para evitarlos. Llevar un diario de alimentos es una forma efectiva de identificar a estos culpables.
Toma notas después de cada comida, refrigerio y bebida que consume durante un período de tiempo. Resalte cualquier problema o incomodidad que pueda encontrar para comenzar a formar un patrón vinculado. Una vez que haya comenzado a reconocer problemas repetidos, elimine estos alimentos problemáticos para ver si se produce alguna mejora. Antes de realizar cambios significativos, consulte a su médico o nutricionista para comprender mejor su salud.
Reducir y manejar el estrés
El estrés puede causar estragos en su cuerpo, particularmente en su sistema digestivo. Se conecta fuertemente con problemas como úlceras estomacales, SII, estreñimiento y diarrea debido a que las hormonas del estrés se dirigen directamente a su digestión.
Cuando su cuerpo está en su modo de ‘lucha o huida’, asume que no tiene tiempo para descansar y digerir. Por lo tanto, durante los episodios de estrés, la sangre y la energía se desvían de esta parte del cuerpo. Además, tu intestino y tu cerebro están íntimamente conectados; a menudo, lo que afecta a uno afectará significativamente al otro.
Se ha descubierto que el manejo del estrés, la meditación, la acupuntura y la terapia cognitiva conductual reducen el estrés y mejoran los síntomas físicos asociados con estos sentimientos.
comer con atención
Si come mientras está distraído, es común comer demasiado rápido y en exceso, lo que puede provocar hinchazón, gases e indigestión. Practicar la alimentación consciente es prestar atención a todos los aspectos de tu comida y cómo la comes.
Para ello, debes concentrarte en comer despacio, sin distracciones como la televisión o el teléfono, prestar atención a la comida en sí y masticar adecuadamente antes de tragar. Los alimentos masticados correctamente pueden ser absorbidos mucho más fácilmente por su cuerpo, maximizando el valor nutricional y minimizando la posibilidad de una mala digestión.
Incluya nutrientes que apoyen el intestino
Como se mencionó anteriormente, los alimentos integrales brindan una gran fuente de nutrientes que ayudan al intestino con los que su cuerpo prosperará. Pero la incorporación de ciertos suplementos en su dieta beneficiará aún más su salud en general.
Los probióticos son bacterias conocidas por mejorar su salud digestiva. Ayudan a descomponer las fibras que su cuerpo lucha por digerir, evitando los gases y la hinchazón. Los alimentos fermentados, como el kimchi, los yogures y el chucrut, son fantásticas fuentes de probióticos.
La glutamina es un aminoácido que se ha demostrado que reduce la permeabilidad intestinal, o intestino permeable, en personas enfermas. Se puede encontrar de forma natural en el pavo, la soja, los huevos y las almendras, pero también hay suplementos disponibles. Sin embargo, consulte a su médico antes de embarcarse en este tratamiento.
Por último, el zinc es crucial para un intestino sano, y tener una deficiencia de cualquier tipo puede provocar diversos trastornos. Se ha demostrado que tomar suplementos de zinc ayuda a tratar la diarrea, la colitis, el intestino permeable y otros problemas del tracto. La ingesta diaria recomendada es de 8 mg para mujeres y 11 mg para hombres. El zinc se puede encontrar de forma natural en los mariscos, la carne de res y las semillas de girasol.